jueves, 30 de julio de 2009

Hay tantas cosas que recibimos por gracia de parte de nuestro buen Dios, que a veces olvidamos que en algún punto de nuestro caminar, avanzar depende exclusivamente de nosotros.
Recibimos por gracia la dulce persona del Espíritu Santo, pero Él puede estar esperando pacientemente por horas, días, años hasta que decidimos hacerlo parte de nuestra intimidad.
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Pedimos que Él nos revele su verdad en lo íntimo.
Hay un equilibrio que deberíamos tener en cuenta. Es algo sencillo de entender, sin embargo seguimos con nuestras demandas de dones y verdades de lo alto. Si uno quiere un encuentro con Dios y que Él le hable de sus planes, va a tener que llegar a un 50 y 50 en la relación en donde tanto Dios como uno se descubren sin reservar nada.
Cuando estamos comenzando una relación con alguien podemos entregar sólo el primer plano de nuestra vida, es decir, nosotros como personas individuales, sin familia, sin casa, sin entorno. Si hay un primer plano, también hay un segundo plano, un trasfondo detrás nuestro que completa nuestro mundo.
Jesús entregó su persona cada dia, desde el dia en que naciste, para que puedas ser salvo, PERO ESO NO ES TODO! Hay muchísimas cosas escondidas sólo para aquellos que entran en INTIMIDAD con Dios. Si te mostrás completo con tu trasfondo, Él va a sobreabundarte con su presencia.
Dejarlo entrar y dejar que Él sea parte de tu mundo significa que Él tiene participación en las decisiones de tu vida, que cada día hay una relación ya no por costumbre o religión, sino de amigos. En esos momentos de charlas íntimas, tu espíritu se une al de Él y tus pensamientos se hacen como los de Él. La inspiración y la creatividad se impregnan de su aroma y nuestras actitudes y decisiones cambian para bien. Cuando entramos en intimidad con Dios, Él mismo se nos revela ÍNTIMAMENTE, para contarnos sus verdades y los sueños que tiene para nosotros. Muchas veces escuché la expresión “Dios tiene grandes planes para vos”. Dios tuvo un sueño en donde tu propósito eterno era llevado a cabo! No sería bueno que Él mismo te lo dijera?
Cuando uno visita otra provincia o país de habla hispana suele escuchar una tonada o acento distinto al propio. A mí me ha pasado muchas veces darme cuenta que tengo un acento porteño bastante débil y volátil, que se transforma de a poco en el acento regional en donde estoy, convirtiéndose así en un perfecto acento cordobéz, tucumano, santiagueño o gallego. Esto mismo debería pasarnos al pasar un tiempo viviendo una relación íntima con Dios. De repente nuestra forma de hablar y de sentir se parece a la de Él!
Cómo quisiera contagiarme y tener ese acento celestial.
Qué bueno sería si nos acordáramos con más frecuencia de las ganas de Dios por encontrarse con nosotros y de charlar sobre nuestras preocupaciones y consolarnos. Él sólo espera que nosotros terminemos de mirar nuestra humanidad y empezemos a mirar sus promesas. Puedo sentir lo que nos dice cuando nos decidimos a escucharlo.
Yo se lo que significa cada lágrima, casi no quiero entrometerme hasta que dices mi nombre, es ahí cuando haces silencio, aunque las lágrimas sigan, que te digo: “yo también me sentí así y cada lágrima que derramas yo también derramo.. Me entristece mucho verte así tan abatido, si pudieras ver lo que yo veo. Ojalá puedas empezar a confiar en mi plan. Yo se que mis tiempos no son como tú habías pensado, se que tú lo hubieras hecho de otra manera. Pero creeme, estás en las mejores manos. Y lo que tengo preparado para vos, mi especial tesoro, es inmejorable. Yo ruego al padre que te mantenga con fuerzas, mando a mis ángeles para que lleven agua que refresque tu corazón.
En estos momentos, mando a varios de mis hijos con palabras de aliento o tan sólo con corazones dispuestos. No busques tu solución en otro lado, clama a mi y yo te responderé.

Invierte horas conmigo y yo te diré como vencer.
INVIERTE HORAS CONMIGO Y TE MOSTRARÉ COSAS QUE ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido al corazón del hombre.
Dejame hacerte a mi imagen, dejame moldearte, y te prometo por mi nombre que todas tus necesidades van a ser cubiertas
NADA TE VA A FALTAR.
Ahora…que hemos?
Te quedas ahí sentado o empezamos de nuevo?
Vamos, hay mucho por aprender. Secate las lágrimas, dejá que yo lleve eso que estás cargando y sigamos entrenando

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